El cristal templado es considerado un cristal de seguridad, ya que mediante un proceso térmico se le incrementa su resistencia de 4 a 6 veces más que la de un vidrio normal sin alterar sus propiedades
Es un proceso que consiste en calentar el cristal gradualmente hasta una temperatura próxima a la de su reblandecimiento de entre 575°C y 635°C para después enfriarlo bruscamente con aire. De este modo la superficie del cristal se contrae rápidamente y queda sometida permanentemente a tensiones de compresión, mientras que el interior del vidrio queda sometido permanentemente a tensiones de tracción.
Es un cristal de alta resistencia. En caso de accidente, su fractura se presenta como pequeñas partículas de forma cúbica, brindando seguridad y protección a sus usuarios.